Sergio Cerdán lee Derroche (2022), la última novela de María Sonia Cristoff, desde una mirada biopoética.
por Sergio Cerdán
Derroche (2022) es la cuarta y última novela de María Sonia Cristoff, ganadora del concurso de novela Sara Gallardo (2023). Desde que se publicó, ha obtenido muchas repercusiones en la crítica. Pedro B. Rey la considera “un potlatch, una sátira radiante y artística del malestar contemporáneo […]” (2022). Esta obra condensa su mayor desarrollo literario. La escritora logra que, lo que es difícil de contar, parezca simple de escribir y, al mismo tiempo, fácil de leer.
El uso de distintos géneros discursivos (Bajtín, 1982): cartas, crónicas, canciones, referencias bibliográficas, archivos, telegramas, y otra diversidad de textos, construyen una historia atrapante en la que una tía y una sobrina vuelven a reencontrarse, aunque no físicamente. Lucrecia, la sobrina, debe trasladarse al pueblo natal de su tía, Vita. Allí, debe descifrar una serie de archivos que esta le deja tras su muerte; además de la búsqueda de un tesoro, que funciona como herencia. Desde este marco, la novela rompe con el paradigma del extractivismo vital en este mundo contemporáneo, concepto que desarrollaré más adelante.
Su escritura se encuentra atravesada por el valor del cuerpo y de la vida, en función de una dimensión política. Este decir literario propone “leer y escribir la vida”, desde una aproximación biopoética que accede a problematizar la relación entre vida y lenguaje (Yelin, 2019). La novela de Cristoff se inserta en este movimiento teórico-artístico. El arte funciona como un punto de partida, un disparador para escribir acerca de uno de los debates más polémicos de los últimos tiempos: la importancia de la vida, del cuerpo y del lenguaje. Este se encuentra atravesado por un contexto posthumanista, corriente filosófica que puede definirse como aquella forma de pensamiento que propone la crisis del humanismo y piensa en alternativas de vida, en coexistencia.
La noción de bíos[i] se vuelve a colocar en el centro de un debate biopolítico. Como propone Julieta Yelin (2020), podemos comprobar que el arte se conecta con las políticas de vida. De esa forma, se pueden crear nuevos imaginarios literarios latinoamericanos acerca de lo viviente, lo que ella denomina “giro biopoético”. Dicho en otras palabras, la novela recorre la fuerza y la potencia de los organismos frente al control sobre los cuerpos. Esta literatura presenta una discusión interdisciplinar que está en auge en los tiempos actuales, condicionando el objeto en cuestión: la vida. En esta línea, Cristoff muestra la corporalidad como un eje esencial en el relato, evidenciando los dispositivos de poder y de violencia que se ejercen como formas de dominación de los sujetos.
Para poder meternos un poco más en la trama, es necesario describir a estas dos mujeres tan distintas. Por un lado, Lucrecia, una sobrina atada a su mundo universitario, laboral y de ciudad; por el otro, su tía, Vita, una mujer de campo, luchadora por los ideales de la libertad, fuera de toda institución que imponga normas de sumisión. Etimológicamente, su nombre significa vida. Ella representa la oposición a la dominación, ella es libertad. Vita es muy crítica de todo organismo capitalista que someta la vida humana a una dimensión de propiedad y de encierro:
“[…] los reptiles ponzoñosos…”, dice sobre ellos. (Cristoff, 2022)
Desde esta cita, ya vemos la tensión entre ambas formas de vida. Una políticamente libre, y otra administrada y controlada por el biopoder estatal. Dicho en otras palabras, Lucrecia representa a aquellas personas en la que su vida ya no es propia. No les pertenece. Es de dominio estatal. Por otra parte, se encuentra Vita, quien está lejos de caer en aquellos mecanismos de control cuyas normas atenten contra el bienestar individual y colectivo.
Podemos evidenciar algunos ejemplos que confirman esta aproximación a través de una lente biopolítica. Lucrecia está en plena transición hacia la sublevación del poder y del abuso. Ella se encuentra en el lugar de un sujeto que solo sirve para responder a las obligaciones laborales. Un caso paradigmático que muestra el usufructo que atenta contra la protagonista:
“[…] Me permito mandarte este mail porque tu jefe me autorizó”, escribe (Cristoff, 2022).
Ella debe cumplir con sus tareas diarias, sin darle importancia a su vida fuera del ámbito institucional. Está atada al extractivismo vital.
En este sentido, la novela puede leerse también desde la dialéctica del amo y del esclavo de la filosofía hegeliana (1807), desde el cuestionamiento de estos roles establecidos y dependientes uno del otro: la lucha entre la obediencia y la libertad, dos conciencias que buscan el reconocimiento de la otra. Un caso ejemplar de resistencia y de lucha se observa desde un pequeño flash en el que un minero dice:
“Notifico que me quedo […]. Suban ustedes” (Cristoff, 2022).
Este enunciado es una forma de ratificarse y de rebelarse ante los de “arriba”, ante quienes tienen el poder. Este individuo, esta vida-cuerpo, busca una batalla política (Yelin, 2019).
El lenguaje también es una herramienta de la maquinaria biopolítica: la violencia ejercida sobre los cuerpos y sobre el territorio, en manos de un dispositivo político. En la novela, tanto la historia de Lucrecia, como el relato enmarcado de la explotación de los mineros (cuyo telón de fondo es la explotación ambiental), nos conducen hacia esta fuerte relación entre cuerpo, vida y políticas de lo viviente. En ambos casos, hay una manipulación física, mental y social de las personas, de las decisiones sobre su propio cuerpo y sobre su vida misma. El mundo laboral los sumerge en obligaciones y mandatos que están más allá de sus propios deseos. Como plantea Agamben (1995), hay un poder soberano que se apodera de la vida de los sujetos. Estos, a su vez, se encuentran desprotegidos y “desnudos” de los derechos políticos.
Cabe señalar el interesante acercamiento a una mirada ecofeminista, un movimiento social que integra la voz de la mujer y las denuncias por la degradación del medio natural. Esta perspectiva ya había aparecido en otra de sus novelas: Desubicados (2008)[ii]. En ambas obras, hay un cruce entre la resistencia y la mujer; una lucha por la ecología; se puede contemplar el deseo de una comunidad en la que se encuentren en equilibrio las mujeres, los animales y el medio ambiente: todos los seres vivos. La literatura es un instrumento que expone estos planteos, que los transforma en debates y, de esa forma, da cuenta de algunos problemas actuales.
En Derroche, lo vemos en la evolución de la figura de Lucrecia. Ella logra mantener un importante vínculo con la naturaleza que la rodea. Ese medio ambiente, presente en su vida, le permite un breve alejamiento de las reglas y de las normas impuestas por esa maquinaria institucional llamada trabajo. Allí, se deja envolver por la flora y la fauna del jardín de la casa de su tía:
“se siente de pronto inmersa” (Cristoff, 2022).
Uno de los últimos capítulos (“Telegrama de renuncia”) condensa el cierre del proceso de evolución y transformación de Lucrecia, la protagonista de este viaje. Un cambio a partir de la lucha constante. Un punto final hacia el sistema, el poder, el abuso, la manipulación y “sadismo burocrático”, (Cristoff, 2022). Se cumple el deseo de Vita, este es el legado que le deja a su sobrina: la libertad.
Derroche es un libro de provocación política. Propone la reflexión consciente y política del valor de la vida, de los cuerpos, de lo viviente y, en última instancia, de la escritura como instrumento de lucha.
[i] En Homo Sacer (1995), Giorgio Agamben hace una distinción entre Bios y Zoé. La primera categoría tiene que ver con la forma o manera de la vida que le es propia a un individuo o a un grupo. Mientras que Zoé es la nuda vida, el hecho sencillo de la vida que le es común a todo ser viviente.
[ii]https://lacopadelarbol.com/2022/12/19/el-zoologico-como-el-lugar-comun-aproximaciones-a-una-perspectiva-ecocritica-sergio-cerdan/
SERGIO CERDÁN
Trabaja como profesor de literatura en el nivel secundario, recibido del ISFD N°42, BELLA VISTA. Además, es Especialista en Prácticas Sociales de Lectura y Escritura (UNGS). Actualmente, está escribiendo la tesis para la Maestría en Estudios Literarios Latinoamericanos (UNTREF). Esta presenta una propuesta de análisis en relación a la temática del "giro animal latinoamericano". Fue tutor y capacitador docente en INFOD, intermediado por la UNSAM y por la UNLZ, durante el 2022 y parte del 2023. Ha publicado su primer trabajo de aproximaciones ecocríticas en La copa del árbol, con la edición de Martín Glozman (2022). Desde el 2023, forma parte de la UNGS. Allí dicta el Taller de Lectura y Escritura en las Disciplinas.
Comments