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"Construcción de una militante": adelanto de El hilo de la memoria, autobiografía de Lily Galeano

  • Foto del escritor: Lily Galeano
    Lily Galeano
  • 2 oct
  • 13 Min. de lectura

Quien recorra La Matanza y sus caminos ardidos por las llantas que se consumen bajo el denso humo negro de algún corte sobre el río de asfalto que es la ruta 3, más temprano que tarde, se encuentra con Lily Galeano. Una referente ineludible de las luchas populares en la zona oeste del gran Buenos Aires, donde, como se sabrá, está el agite.


Lily condensa en su ser esa frase acuñada por Sartre que pondera la voluntad sobre las condiciones: “Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”. Ella consiguió torcer un destino que buscó serle impuesto cuando el Estado decidió amputarle a su papá como parte de un plan y una pedagogía sistemática del terror. Y como si se tratara de una continuidad, el Estado también se le hizo esquivo cuando desde la ausencia quiso privarla de derechos. Sin embargo, la organización popular, que no espera, porque las demandas en el territorio siempre son urgentes, fue la pedagogía que la abrazó. Junto con la ternura y la lucha.

Este sábado tendrá lugar la presentación del libro El hilo de la memoria, autobiografía de una mujer militante (CFP24 Ediciones), donde “Lily” Galeano cuenta en primera persona esas historias que la tejieron. El escenario de la actividad será la Feria del Libro de Flores, entre Morón y Artiga, a las 16 horas.




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CONSTRUCCIÓN DE UNA MILITANTE

Qué difícil es pensar referencias para un libro. Siempre digo que no tengo referencias. No sabría qué referencias citar... Pero si empiezo a recordar, me doy cuenta de que, lógicamente, sí tengo referencias y que muchas están ligadas a la política en diferentes momentos de mi vida, a dirigentes de los movimientos sociales: por ejemplo, toda la amistad, y a veces las discusiones, con Luis D’Elía.


Tengo una breve anécdota con Luis D’Elía: cuando tomó El Tambo en el año 1986, yo estaba en el barrio 22 de Enero, que se tomó ese mismo año y estaba enfrente; él participa en un libro de un sociólogo uruguayo exiliado en Francia, Denis Merklen, y me sitúa diciendo que en el barrio 22 de Enero nos iba a ir mal porque lo dirigía una mujer que era trotskista –yo en ese momento militaba en el MAS (Movimiento al Socialismo)–. Eso me marcó. Después, me pidió disculpas luego de muchos años, pero de alguna manera eso me marcó para hacer feminismo popular ¡Gracias, Luis!


¡Qué pequeñas cosas, qué detalles fueron también en mí esas referencias que después yo tomo! Y reivindico a Luis cariñosamente, al gordo de La Matanza, por toda la lucha por los sectores populares, la lucha por la tierra, de la cual también soy parte. A mí también me convocaron esas banderas que él levantó: la lucha por la tierra urbana. El libro de Denis Merklen, que siempre viene a dar conferencias, se llama Asentamientos en La Matanza. La terquedad de lo nuestro. 1 Nunca pude ir a verlo para decirle: “Denis, en ese libro, yo era la troska, la que lavaba los platos”. Me parece que era una anécdota que valía la pena mencionar. Es interesante porque constantemente estoy rescatando anécdotas o detalles que me construyeron de una determinada manera y fueron –y van– marcando mi militancia.


Estuvo la experiencia del 22 de Enero, que fue un barrio muy amplio, donde la primera comisión, en el año 1986, era una comisión donde convivieron diversos pensamientos políticos, con peronistas, comunistas, socialistas, curas, con diversas experiencias, con compañeros que fueron trabajadores de varios gremios, elegidos como delegados de manzanas. Entre ellos, recuerdo a mujeres muy valiosas, como Elvira Ramos, que falleció hace poco, tucumana, trabajadora de la caña de azúcar, que nos compartió sus saberes, sus comidas, sus batatas asadas que mis hijos, Salomé y Nahuel aún recuerdan; Elisa Delboy, compañera que fue militante del PC. También recuerdo a Marita, Nora Aquino, Blanca Correa, Lina de Martínez, Bochi, las compañeras Graciela Ortiz y Raquel Genzano, que habían conseguido un proyecto de la organización SUM para armar un jardín comunitario; María, Ramón, David, Pablo y Antonio. Fue un gran desafío, y lo fuimos sorteando y reflexionando. Mi militancia también se fue construyendo con todas estas reflexiones: son como piezas que se fueron uniendo, momentos particulares personales, otros momentos políticos, que fueron llevándome por este camino, a llevar adelante ciertas acciones, a tener determinados pensamientos. Todo aportó a mi construcción, como militante, como mujer, y también cómo fui reconocida por compañeros militantes, mujeres y hombres, con quienes fuimos encontrándonos en los ámbitos de militancia barrial y de organización política.


Otra referencia que me hace reflexionar tiene que ver con el feminismo que me enmarca. Siempre me dio vueltas –y me sigue dando vueltas– pensar en mi pasado, mi caminar, mi militancia, junto a tantas compañeras. La amiga y compañera Olga Hammar, que conocí en el Polo Social, en el 2001, y quien abrazó el Barrio Nicole, me cita en su libro Tozudamente, 2 editado en el año 2009, como una dirigente nueva, que creaba emprendimientos productivos e impulsaba escuelas y salas de salud. El Nicole fue la experiencia que empezamos a construir desde 1997 junto a Marcelo Yaquet, compañero que conocí en el año 1996, cuando él militaba en la organización Quebracho y yo estaba en el MTD de La Matanza. Junto a Marcelo, el Gaucho, como lo conocen, llevamos adelante la organización de la toma de tierras del quincho, en Ciudad Evita, una toma que fue reubicada en el Barrio Nicole. Después de cuatro meses, conseguimos destrabar el conflicto y que surja una propuesta, con la secretaría de Tierras provincial y de La Matanza.


También hubo muchos acontecimientos familiares: mis abuelos, ferroviarios, trabajadores de hospitales; mis padres, telefónicos, municipales; tíos y primos trabajadores. Fueron posicionamientos desde lo subjetivo, personales, familiares, hasta lo social, lo colectivo. El trabajo es lo que lleva a tomar determinadas decisiones y a avanzar en ese camino. Es lo que hoy se traduce en las tres “T”: tierra, techo y trabajo, con el mundo de la tierra, el hábitat, el trabajo, el movimiento de mujeres, que son fundamentales para poder desarrollar la vida, como base de los derechos humanos. Esto también me fue uniendo cada día con la lucha de mi padre, que aportó a mi trayectoria y a mi recorrido.


La gente dice: “Estuve con el Che Guevara, estuve con este o aquel”. Yo no estuve con nadie, solo tengo una foto con Néstor Kirchner. Y pensando en las referencias, para mí no se trata solo de haber adherido políticamente a toda la lucha de las Madres y los organismos, sino de haber estado con Hebe.


En marzo de 2012, cuando se da a conocer que las Madres de la Asociación Madres de Plaza de Mayo fueron estafadas en el marco del proyecto Sueños Compartidos, con las viviendas en Capital, las villas, la urbanización, me convoca Emilio Pérsico, a través de Oscar Parrilli a integrar el equipo técnico, junto con otros compañeros, amigos del Movimiento Evita y otros profesionales, para continuar con el trabajo. Eran muchos los trabajadores que había que organizar en las diferentes villas de Capital, como en Ciudad Oculta; Los Piletones, y había que garantizar la continuidad del proyecto. Entre los profesionales, estaba Germán Plá, hijo de la querida Norma Plá, referente de los jubilados luchadores de los noventa.


Entonces un día, a las 10 de la mañana, me llama Hebe y lo primero que hace es retarme, porque era jueves: “Nos vemos en la plaza hoy, ya me avisaron que con vos tengo que hablar”. Entonces, yo le pregunto a qué hora, porque todo era muy acotado: “Ya me avisó Parrilli, ya me avisó Emilio, ya me avisó esto y lo otro, y la marcha, tres y media”. Y ella me dice: “Me extraña que me preguntes a qué hora”. Entonces, yo le respondo: “No, no, estaba pensando si querías que fuera un rato antes para hablar”. Pero Hebe me dice: “No, llegamos, hacemos la marcha, te veo ahí, te conozco la cara y después vemos”.


No la conocía, pero Hebe sabía que tenía que hablar con una tal Lily Galeano, que Lily Galeano se iba a encargar de unas tareas, que para mí eran impresionantes porque pensaba “¿qué intendente me va a atender por este tema?”. Después, todo se dio muy bien y de una manera muy dinámica, porque fuimos a golpear las puertas de las intendencias con los contactos que Parrilli ya había hecho, y todo fue surgiendo: llevamos a 300 trabajadores a hacer veredas, instalaciones de agua a La Matanza en micros, en medio de un campo, cercano al Barrio Nicole, en el km 35.


Fue una experiencia muy importante para mí, que me llevó a tener una relación de hablar con Hebe de Bonafini diariamente en función de esa tarea. Entonces, desde ahí, puedo decir que fue una referencia de mi militancia, ya que fui parte de esa tarea de resolver las dificultades que atravesaba el proyecto Sueños Compartidos. Era organizar en micro a los trabajadores que vivían en CABA, en las villas y barrios, e iban hacia La Matanza, Lomas de Zamora y Quilmes. Yo había conocido al “Barba” Gutiérrez, intendente de Quilmes, en 1999, en el Polo Social. No tenía relación con el intendente de Lomas de Zamora, pero otros se encargaron de entablar ese vínculo. Hicimos lo que había que hacer, generamos trabajo.


Después del gran golpe de que se suspendieran las obras de Sueños Compartidos, se crean así estas cooperativas, organizadas por los movimientos sociales. Por esos días, los trabajadores, que vieron que se quedaban sin trabajo, comenzaron a ir a la marcha de los jueves, a reclamar y hacer visible su situación. Allí un grupo de compañeros charlaban y atendían los reclamos. Pero las familias ya no trabajaban ni tampoco cobraban. Fue necesario invitar a compañeros a reforzar, apoyar y cuidar a las Madres de Plaza de Mayo, problematizar la situación de los trabajadores, dar continuidad a las obras creando trabajo. Allí me reencontré con Pocho Brizuela, Pitu Salvatierra, Mónica Ruejas, Pajarito y con cientos de compañeros que venían llevando las obras. Había que reunirse y hablar de la propuesta de continuar con el nuevo proyecto y este se fue consolidando: los primeros días discutimos bastante, al principio eran 8 horas y en la discusión que dimos quedaron en 6 horas, estas discusiones fueron con nosotros, las organizaciones sociales. Los referentes venían desde CABA hacia el conurbano, al revés de lo que generalmente se conoce: que desde el corazón profundo del conurbano nos traslademos hacia CABA. Era interesante por donde lo miremos. Para mí y para mis compañeros de la 26 de Julio, organización nacida a fines de los noventa, en el Barrio Nicole, y para los compañeros del Movimiento Evita. No fue solo la organización de los compañeros, la capacitación: fue el impacto que tuvo en las barriadas, como en el barrio La Esperanza, donde había calles de tierra, la charla que se daba con los vecinos en cada cuadra. Eso me satisfacía: nos colmaba de felicidad realizar esas veredas y conectar el agua, la felicidad de las familias, la felicidad de los trabajadores. Los movimientos sociales, avanzando en el trabajo de obras concretas, con los compañeros referentes de los barrios de CABA.


A mí, esto me llevó a conocer a Hebe en profundidad. Hebe sintetizaba la lucha de las Madres. A Hebe la interpretábamos quienes la conocíamos y, muchas veces, no lográbamos entenderla en el momento, pero después no eran más que enseñanzas de lucha. Ella creyó posible urbanizar todas las villas de Capital, y quedaron a medio camino, o quedaron sin terminar.


Y así emprendí esta tarea, como coordinadora de los trabajadores que llevé al tercer cordón de La Matanza, a Virrey del Pino. Fue una tarea enorme: dormía prácticamente dos o tres horas, porque a las 4 de la mañana me levantaba para ir a buscar los micros. Los cooperativistas eran de Ciudad Oculta, del barrio Castañares y de Los Piletones, y se incorporaron a trabajar en los municipios de Quilmes, Lomas de Zamora y La Matanza. Hubo 300 trabajadores que realizaron estos trabajos durante más de un año. Fue una experiencia muy interesante, hubo capacitaciones en las escuelas de AYSA, en la calle Varela, en Flores. Cuando digo que fue muy interesante, lo digo porque los trabajadores se capacitaron durante dos meses. De cada barrio, pasaba a buscarlos un micro temprano, a las 8 llegaban a las escuelas, desayunaban, presenciaban las clases y se hacían prácticas: construcción de veredas, baños, se preparaban los caños de desagües y las medidas de los materiales, después venía el almuerzo. Esa modalidad se repitió en las cuadrillas de trabajo, cada cuadrilla tenía su pañol. Recuerdo al compañero Daniel Luque, fue uno de los compañeros a cargo de uno de los pañoles de herramientas. A Daniel yo lo conocía desde el año 1998, estaba a cargo del Plan Jefes, en una oficina del municipio. Fue un gran militante peronista. Lamenté su reciente fallecimiento. Resalto esta experiencia, porque fue durante un gobierno peronista que se dio capacitación, trabajo, alimentación, transporte, ropa. Era un gobierno que le devolvía la felicidad al pueblo.


Más allá de la experiencia de la continuidad de Sueños Compartidos que llevamos adelante, esto significó, sin embargo, el corte de las obras de construcción de viviendas, que venían del ministerio de Obras Públicas. Las Madres recibieron un cimbronazo y fue un gran dolor, que también se sintió en todo el colectivo de DD. HH. Hasta el momento que me llamaron, lo viví como un ataque a todos nosotros: las Madres habían sido defraudadas, en su lugar, en su casa, por alguien que no pertenecía a su historia ni a su lucha. Y con toda esa experiencia conflictiva con Sergio Schoklender, todo el mundo salía a pegarle a Hebe por ese vínculo. Desde la primera charla con Emilio Pérsico, comprendí que había que hacer todo lo posible para devolver a las Madres tranquilidad y amor, y debíamos tener templanza, a su vez, para apoyar, contener y organizar a los compañeros y trabajadores que quedaron desafectados. Yo pude hacerme cargo de 300 trabajadores, pero eran muchos más los que quedaban sin cobrar, enojados con las Madres. La contradicción que yo tenía, como militante de DD. HH., era que le estábamos regalando en bandeja al enemigo este conflicto que era de terror. Entonces, todo lo que yo podía hacer, lo hacía. Y mi tarea fue ser una compañera, reconocerme y poder estar a la altura de lo que fue esa experiencia. Eran políticas públicas que generaban mano de obra, con una presencia del Estado fortalecida, y mi tarea era organizar a los compañeros y el trabajo, rodeada de compañerxs, de mujeres, hombres, jóvenes, donde éramos iguales. ¡Todo esto contrasta tanto con la situación actual, con la eliminación de la obra pública por parte de Milei!


No todo fue color de rosa, hubo debate, hubo acción, hubo trabajo. Fue un antes y un después. Los compañeros accedieron a una herramienta para poder salir hacia otro lugar. Llegaron recursos para capacitación, herramientas, alimentación, transporte, ropa, calzado. Muchos continuaron trabajando en albañilería, plomería, instalaciones sanitarias. Si bien todos venían de trabajar en albañilería, fue un complemento más. Esto fue llevado adelante por un conjunto de compañeros entrañables: Mariana Alé, Andrés Fontes, el doctor Paz, Daniel, Burela, Enzo, Sabrina, compañerxs de varias organizaciones hermanas, que fueron parte de tan importante tarea. Otro de los compañeros fue el Negro Roberto Rodríguez, a cargo de otro pañol. Con el Negro nos unía una amistad, ya que era amigo y compañero del Gaucho. Había otras compañeras del barrio, como Yanina Zucarino, Carla Sarli, Carla Guerrero, Hernán, Leonardo y varios compañeros como capataces. Vecinos que pasaron a ser amigos a lo largo de la vida, o yo los siento así. El ayudarnos con la comida, el ayudarnos a hacernos la casa, el ayudarnos a buscar un medicamento, y ahora también con esto: todo nos unió y los siento familia.


Cuando todo esto se terminó, a Hebe la volví a ver el 17 de enero de 2020, mientras acompañaba a una compañera, Carolina Ghigliazza Sosa, hija de Ricardo “Tata” Ghigliazza e Irma Noemí “Mimi” Tardivo, desaparecidos, que le iba a llevar un ejemplar de su libro Yomemorisetodo. Hebe nos recibió en su oficina y se emocionó con el libro, con los dibujos realizados por Carolina –ella es payasa de profesión, profesora de teatro, e hizo una gira con una obra de teatro, El tercer cordón del conurbano, adaptada de una obra de García Lorca, Bodas de sangre–. Y Hebe, ni bien me ve, me tira la mano en el escritorio y me dice: “¿Quién sos vos? Porque te conozco”, entonces yo le digo: “Yo soy la Lily Galeano”. “¡De la Matanza!”, me dice inmediatamente y agrega: “Ay, no quiero ni acordarme”, y nos regala un pañuelo y una cadenita a todos los que estábamos ahí.


Yo tomo como referencia a Hebe con toda su lucha. Respetamos la lucha que dieron todas las Madres, las Abuelas, junto con los familiares de desaparecidos y en la dictadura, las Madres que nacieron el 30 de abril de 1977 en su primera marcha. Con H.I.J.O.S La Matanza, hicimos una actividad por el Día de la Identidad y vino un nieto restituido, porque estos organismos también tienen su historia. La Asociación Madres de Plaza de Mayo tuvo una mirada diferente. Hebe quizás no compartía la visión sobre la identificación y la restitución de cuerpos, y para nosotros es primordial poder encontrar los restos de nuestros familiares. El Equipo Argentino de Antropología Forense hizo un enorme trabajo en más de 50 países, y es fundamental todo el trabajo realizado por las Abuelas para encontrar a los nietos: a julio de 2025, ya se han restituido 140 y faltan más de 300. Hay discusiones que se dan dentro de los organismos, cada organismo tiene su caminar y nosotros respetamos ese caminar como colectivo de derechos humanos.


Además de las Madres, dentro de mis referencias, también tengo muchas compañeras y amigas, como Elvira Ramos, que ya mencioné, o compañeros de las tomas de tierra, o compañeros de la vida, con quienes empezamos antes, con quienes hasta hoy somos amigos y que me vieron caminar en la militancia en diferentes momentos. También fui pasando por diferentes organizaciones políticas y cada organización me dejó referencias. Estuve en el Polo Social, con el Padre Farinello antes del 2000 y fui candidata a diputada con el Vasco Murúa, con las empresas recuperadas, después de 2002. Pero antes de 2001, como diría una amiga, en el umbral de una crisis profunda, frente al hambre y la desocupación crecientes, las mujeres empezamos a surgir y a ocupar también lugares de dirección. Los compañeros echados de las fábricas se quedan en sus casas y es la mujer quien sale. Hay una película linda sobre el Matanzazo, que hizo un grupo de la Corriente Clasista y Combativa de La Matanza. Me entrevistaron y además aparezco en varios flashes de Crónica como piquetera. Yo fui a los cortes de rutas con mis hijos, participé de cientos de actividades con ellos. Porque nosotros somos hijos militantes, somos una continuidad histórica, un eslabón más de esa continuidad de luchas.



CELIA "LILY" GALEANO

Igor Freitas Lima
Igor Freitas Lima

Celia “Lily” Galeano es una referente de las tomas de tierras en La Matanza, Provincia de Buenos Aires. Participó de la fundación del Barrio 22 de Enero en 1986 y, en los años 1990, replicó esa experiencia en el Barrio Nicole, militando activamente por el derecho a la vivienda digna. Hija de Héctor Galeano, trabajador telefónico y militante político desaparecido durante la última dictadura militar, impulsó la creación de H.I.J.O.S. La Matanza, junto a otras hijas y familiares de Zona Oeste. Fue querellante en el Juicio por crímenes de Lesa Humanidad en la Brigada de San Justo. En la actualidad, realiza monitoreos de la represión a la protesta social con la Comisión Provincial por la Memoria.


SOBRE CFP24 EDICIONES:

El CFP24 es una escuela de artes y oficios que lleva más de veinte años recreando el sentido de la educación pública y abriendo espacios comunitarios en el porteño barrio de Flores. Uno de esos espacios es CFP24 Ediciones, que con sus libros se propone ser caja de resonancia de lo que pasa adentro del aula y afuera de la escuela. Por eso comparten catálogo las colecciones “El aprendiz”, dedicada a los oficios del centro de formación, y “Bifurcaciones”, una serie de ensayos que abordan diversos temas políticos y sociales.


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