Ellos tienen agravio y crueldad, nosotros tenemos poesía: Lean Alba entrevista a Sergio Gramajo.
- Lean Alba
- 25 ago
- 6 Min. de lectura
En marzo de este año, la editorial La máquina eterna publicó Si fuera niño escribiría poesía, un libro de poemas de Sergio Gramajo. Tres meses después reeditó su novela Talón rajado. Lean Alba conversó con el escritor del oeste bonaerense sobre estos dos nuevos lanzamientos.
Si fuera niño escribiría poesía se presenta el 17 de septiembre de 2025 en el ISFD N° 45 Julio Cortázar (Fasola y Gaona, Haedo, Buenos Aires) a las 18.30 hs.

Lean Alba: Antes que nada, elegiste una escuela pública para presentar la reedición de Talón Rajado y el poemario Si fuera niño escribiría poesía ¿Por qué?
Sergio Gramajo: Pasé muchos años en escuelas públicas. Primaria, secundaria. Y formándome como docente aún más tiempo, porque empecé la carrera cuando tenía 22. Y más allá de los vaivenes de la vida, tardé 20 años en recibirme. Siento que la escuela pública me contuvo, ante todo. Después, me tuvo paciencia. Por eso creo que estoy en deuda. Y vaya este pequeño gesto para, de alguna manera, agradecerle a esa escuela que me contuvo durante toda la vida.
Por otro lado, creo que es un momento del país en el que una banda de forajidos tomó el poder y se está llevando puesto todo. Y principalmente la educación pública. Imaginar la presentación de un libro en el aula de una escuela pública, me parece cuando menos una señal de resistencia.
Y, por último: ellos tienen agravio y crueldad, nosotros tenemos poesía.
No puedo dejar de pensar que la presentación de un libro en una escuela del oeste, donde el barrio se cuela siempre como un personaje más, podría ser un cuento de Sergio Gramajo ¿Creés que encontraste un estilo reconocible, una voz que resuena como propia?
Yo creo estar en una búsqueda permanente. Porque mi lenguaje se nutre de ese lenguaje multiforme que me rodeó desde chico y me formó. Un lenguaje siempre creativo, pícaro te diría. Con una fuerza poética maravillosa que siempre está jugando con los límites y que se subleva a la norma. Y, como plantea Tere Andruetto, la relación entre quien escribe y el lenguaje, tiene que ser de ruptura. Por eso creo que, a mi modo de ver la literatura, en la lengua de las clases populares es donde reside una narrativa con la que me siento más a gusto y que muchas veces me resulta inabarcable por lo extensa. En fin, inagotable, más allá de que se presuma lo contrario.

En una entrevista comentaste que el nombre de Talón fue a partir de las marcas que observabas en los pies de los chicos por jugar descalzos. Y en el poemario también ponés en valor la perspectiva de la infancias desde el título, aunque los temas son más amplios ¿Hay una búsqueda ahí? ¿Un modo de ver la literatura?
Claro, como decía anteriormente: es una búsqueda constante. Yo creo que la literatura (en tanto escritura) es la diferencia entre lo que fuimos y lo que quisimos ser. Por eso escribo también, para que aquel niño que quiso ser tal cosa o besar a fulanito de tal o a menganita, se coma la boca con quien quiera. Se puede decir que escribo los besos que no di, para resumir.
¿Y por qué la niñez? Porque todo pasa ahí. Si no pasa ahí, la veo difícil. El fútbol te empieza a gustar ahí, en Italia 90. No en Rusia 2018 cuando estás cerca de los 40. El amor pasa ahí, cuando no sabés de qué se trata. Entonces tenés la impunidad de andar tirado como un trapo sin que un jefe te bardee porque estás en cualquiera. Sos chico. No existe la muerte. Después te enterás que la gente se muere y chau infancia. Después es todo cuesta arriba. Un amigo una vez me dijo que la infancia es la parte más noble de la sociedad. Y tiene razón.
En Talón nos encontramos con experiencias iniciáticas; un camino hacia la adultez. En Si fuera, persiste algo de lo iniciático, pero tal vez desde lo sensorial. Todo parece como si se tratara de la primera vez, incluso el modo en que se mira lo cotidiano. Esto se observa, por ejemplo, en el capítulo "La chica que me gusta" ¿Dónde encontrás tus materiales al momento de escribir? ¿Dónde ponés el ojo? ¿En la forma? ¿En la anécdota?
Creo que en un momento. El momento exacto en que nos enamoramos por primera vez, por ejemplo. La vez que vi por primera vez el ángulo superior derecho de un arco de fútbol y después me pasé la vida intentando embocar la pelota ahí. La primera vez que mi vieja me leyó un cuento. Desde cosas determinantes hasta cosas a lo mejor insignificantes. Son chispazos de la memoria que vienen y se van. Pero para cuando se fueron, ya dejaron una marca, activaron algo, un mecanismo que empezó a andar desde que era muy chico y que siempre funcionó así. Para otros es inspiración, no sé. Yo no me llevo bien con ese término o con la idea de que uno se tenga que inspirar para escribir. Creo más bien en la observación y la sensibilidad.
Hay quien dice que, de algún modo u otro, siempre contamos las mismas historias ¿Tenés temas recurrentes al momento de escribir?
Probablemente siempre contamos las mismas historias porque debe ser que a las personas nos pasan las mismas 5 o 6 cosas. Y en una de esas la literatura gira en torno a esas cosas.
Yo claro que tengo temas recurrentes. Sobre todo el territorio y los personajes. Me gusta pensar que escribo la historia de ciertos superhéroes que siempre tuvieron mala fama en el barrio. Pero a mi esa gente me hizo feliz. Cosa que no era fácil en ese barrio en esos años. Una forma de agradecerle las risas de la infancia capaz.
Por otro lado me gusta siempre hablar del Club Once Corazones. Por ejemplo, siempre que se juega un partido de fútbol, es Once Corazones contra La Gabita, su clásico rival. Como un partido en loop que atraviese todas las cosas que escriba.
No es necesario que nos cuentes. Pero, con respecto a la pregunta anterior ¿hay temas que has intentado escribir y no lo conseguiste?
Sí, por supuesto: nunca pude escribir sobre la dictadura. Me gustaría poder ser implacable y escribir el mejor cuento, poema o novela.
Le he escrito poemas a Norita, a Tati. Alguna cosa sobre Malvinas. Pero siento que no me da la nafta para más. Es parte de la búsqueda permanente supongo.
Quien te conoce sabe que sos un escritor prolífico ¿Cómo te llevás con la hoja en blanco?
“La hoja en blanco son los padres” le escuché decir al escritor Marcelo Figueras. Me apropio de ese chiste. No le tengo miedo, no es un problema. Escribo todo el tiempo y creo que siempre hay cosas por escribir. Ya te digo: es un mecanismo que se activó alguna vez y va.
Puedo trabarme en algo y no encontrarle la vuelta, pero la cosa va.
Escribo por necesidad. Como una parte vital te diría. Y si es vital no puede detenerse.
Por último, jugando con el título de tu poemario, si fueras un niño que aún no sabe que va escribir poesía, ni que va a convertirse en actor ni nada de tu presente ¿Qué le dirías?
Primero le daría una lista con ciertos nombres para que busque a esos otros niños y niñas y se haga amigo desde chico de esa gente. Le diría que deje de ser hincha de Boca y se haga del Globo. Le diría que si tiene un hijo le ponga Mateo. Si tiene una hija, Cala. Que busque en San Antonio de Padua a la chica con la sonrisa más luminosa y la invite a tomar un helado en Pina.
Le diría que cuando llegue a los 30 se pele.
Le diría que escriba poesía.
Los libros pueden conseguirse en la Tienda virtual de la editorial: https://www.lamaquinaeterna.com.ar/
O en los siguientes puntos de venta de CABA y de la provincia de Buenos Aires:
Librería Vuelvo al Sur (La Rioja 2127, Parque Patricios, CABA)
Librería La coop (Bulnes 640, Almagro, CABA)
Librería La Libre (Chacabuco 917, San Telmo, CABA)
Librería Yatay (Perito Moreno 92, Haedo, Buenos Aires)
Librería García (Claudio María Joly 2874, Moreno, Buenos Aires)

Es actor, narrador, poeta y profesor de literatura.
Trabajó como ayudante de zapatero, limpiador de zanjas y patios, cortador de pasto, mandadero profesional, cargador de caca de gallina en camiones con doble acoplado, futbolista asalariado en campeonatos de la comunidad paraguaya de Laferrere, personal trainer, chef, repositor, niñero, asistente de dirección cinematográfica, profesor particular de latín y dibujo técnico, funcionario público, vendedor de hamburguesas vegetarianas, reparador de armas de fuego, ayudante de albañil, redactor de cartas de amor por encargo, consultor, cartonero, falsificador de documentos y portero de edificio, entre otras ocupaciones menos nobles.
Autor de la novela Talón rajado y de los libros de poesía El Oficio de los Monstruos, Tiempo Marginal, Veredas y Si fuera niño escribiría poesía.

Oriundo de la República separatista de Haedo. Colaboró en distintos medios, como Cosecha Roja, Perfil, la revista Cordón y Hamartia. Se formó en medios alternativos, como la FM Fribuay y fue columnista en la radio de Las Madres AM 530, entre otras. Escribe ficción. Quiere escribir un cuento cuyo narrador está siempre apremiado por el tiempo. No encuentra cuándo.
Comentarios