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Convocatoria de hinchas: ¿novedad o recuperación histórica?

  • Foto del escritor: Matías Cambiaggi
    Matías Cambiaggi
  • 19 mar
  • 3 Min. de lectura

El sociólogo y escritor Matías Cambiaggi reflexiona sobre la marcha de jubilados y la convocatoria realizada por hinchas. La represión brutal, irregular y puesta al servicio del goce libertario, no consiguió aplacar la organización popular de un nueva jornada: hoy.

Por eso compartimos este breve texto que, probablemente, algunos leerán antes de encontrarse con sus compañeros.




¿Hay novedad o recuperación histórica en la convocatoria de los hinchas?


Clausurada la política institucional como ámbito de participación durante los años 90', fueron sobre todo el fútbol y el rock los lugares de encuentro primero, pero después también de cocción de un guiso espeso que alcanzó su punto cuando supo encontrarse con la historia y las dificultades de aquel presente, en las voces y cuerpos de las madres y abuelas, de los estudiantes secundarios, los movimientos de desocupados con todas las compañeras que atendían y atienden los comedores que frenaban y frenan el hambre que nadie frenaba, ni frena y, por supuesto, también los jubilados que peleaban por los 450.  Ese guiso, de edades, trayectorias y pertenencias se llamó Aguante y no por casualidad, entonces, le debe tanto al fútbol en su idea, aunque representaba también otros sentidos que desbordaban los de la tribuna, porque fuera de la cancha los colores de cada cual, se sabía, eran parte de un color inclusivo.


Ese Aguante, no hay que confundirse, no fue sinónimo de resiliencia, ni de resistencia, aunque se acercara mucho más a esta idea, porque implicaba una voluntad de confrontación que la resiliencia no contiene. Pero el Aguante, a diferencia de la resistencia, incluía la posibilidad de derivar de las acciones la victoria o al menos pequeñas victorias de dominio territorial.


El Aguante, tenía un vínculo con la violencia, pero no era su sinónimo ¿De qué forma se vinculaba? Las madres y abuelas de Plaza de Mayo, las jubiladas como Norma Plá, los estudiantes secundarios, como Bulacio o, después, los piqueteros, fueron las figuras sociales del Aguante, y no fueron la representación de la fortaleza física, sino de la disposición a enfrentar la violencia del Estado en inferioridad de condiciones pero convencidas y convencidos de la fortaleza del colectivo social cuando se rebela.


Visto desde el presente, la desaparición de El Aguante como concepto explicativo de la dinámica de respuesta social, así como de la experiencia histórica de la militancia setentista o la cancelación de la imagen del Che, son aspectos seguramente articulados como expresión del devenir de un mismo proceso político con raíces profundas que no sólo se explican por la revolución tecnológica y las nuevas sociabilidades que imponen. También lo hacen por los propios silencios que elegimos como colectivo social, por falta de espacios para una elaboración colectiva, o por no encontrar superación a la cultura tribal y sus reflejos defensivos.


La “aparición de los hinchas” para defender a los jubilados no trae la respuesta que tantos buscaban a "¿cuánto más va a aguantar la gente?", sino la estimulante insistencia de una historia que como la contra cara del ajuste, también vuelve bajo su formato irreverente.



 

 MATÍAS CAMBIAGGI

Nació el 7 de julio de 1976 en Buenos Aires, Argentina. Es sociólogo egresado de la Universidad de Buenos Aires y su área de trabajo e investigación son los movimientos sociales y políticos de la Argentina contemporánea. Fue director de la revista de cultura y política Colonia Vela y es autor de los libros Héroes, fantasmas y otras pasiones barriales (2011) y El retrato del olvido. En busca de la primera desaparecida en democracia (2015). Desde 2005 trabaja en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. En la actualidad, además, ejerce como docente y es editor del sitio Tercer Cordón.

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